Hoy en día vivimos tiempos difíciles, resultado de la enfermedad que azota al mundo, el Covid- 19. Ello, nos ha obligado a adoptar medidas necesarias, aplicables en nuestras actividades cotidianas para evitar contagios. Para las empresas e instituciones prestadoras de servicio, se ha vuelto imperativo proveer de espacios seguros y limpios para el personal que trabaja día a día.
Desde hace años, ha sido fundamental la desinfección de espacios, tales como residencias geriátricas, centros médicos, dentales y podológicos. En estos lugares, la calidad del aire es verdaderamente importante. Sobre todo, para evitar que se despidan malos olores y exposición a posibles contaminantes en el aire que deterioren la salud de las personas que habitan o laboran en estos recintos. Actualmente, es de suma importancia la desinfección no solo de los espacios antes mencionados, si no también de locales y centros de trabajo como medida de prevención contra contagios. A menudo, la solución es el ozono.
El ozono es un gas incoloro e inodoro. En realidad, se trata de una variante del oxígeno que tiene tres átomos en vez de dos. Es frecuente que se piense que el ozono es beneficioso para el hombre, dado que así sucede con la capa de este gas que envuelve la Tierra y que la protege de las radiaciones procedentes del espacio exterior. Sin embargo, cuando el ozono se acumula en las capas inferiores de la atmósfera, más aún si es a ras de suelo, se le considera como un contaminante, pues no solo daña la salud, sino que es capaz de producir la corrosión de los edificios y las rocas.
La Organización Mundial de la Salud ha establecido que cuando la concentración de ozono en el aire que se respira es superior a los 240 µg/m3 y ésta se mantiene durante más de ocho horas, existe un claro riesgo para la salud: reduce considerablemente la función pulmonar, inflama las vías respiratorias y exacerba el asma, además de favorecer las infecciones respiratorias. Otro dato a considerar, es que esta sustancia química no está autorizada como viricida frente a la Covid-19. Por lo tanto, la solución que ofrece el ozono como elemento desinfectante, se vuelve un problema mayor por los efectos dañinos a la salud que trae consigo.
Luz ultravioleta como medio de desinfección.
Se trata de uno de los medios probados para tratar aguas, aire o superficies contaminadas biológicamente. Además, estudios recientes han demostrado que la radiación onda corta UV es capaz de eliminar los virus COVID-19, MERS y SARS a nivel hospitalario, mejorando así la limpieza del área de cuidados intensivos, salas de medicina general y habitaciones individuales.
Desde hace varios años la luz UV ha sido ampliamente usada para esterilizar pequeños flujos residenciales, así como también grandes flujos en proyectos comerciales e industriales; pero hoy es un método efectivo para prevenir la propagación de COVID-19. Este tipo de mecanismos de desinfección funcionan con luz UV y tienen un efecto germicida. Dependiendo de la longitud de onda el efecto de los rayos UV puede ser más o menos efectivo contra diversos microorganismos al destruir los ácidos nucleicos y el ADN.
¿Cómo funciona?
La esterilización ultravioleta es el proceso de destrucción de toda vida microbiana por medio de radiación ultravioleta. La radiación UV penetra la pared celular de los microorganismos y es absorbida por los materiales celulares, produciendo mutaciones en su ADN que resultan letales en los organismos unicelulares, con lo que se puede provocar su debilitamiento, e incluso detener su reproducción. En el caso de las bacterias, gérmenes, virus, algas y esporas, éstas mueren al contacto con la luz.
Uso de Lámparas UV.
La radiación necesaria para desinfectar se puede producir usando lámparas de vapor de mercurio (más recientemente antimonio) de baja presión e intensidad baja/alta, o de media presión y alta intensidad. Para esto es importante que las lámparas germicidas tengan las correspondientes protecciones, ya que el impacto de la radiación UV en los ojos tiene un efecto nocivo para la salud.
Como ya se mencionó, la gran diferencia de la desinfección de superficies usando luz ultravioleta en comparación con otros métodos químicos, es que la luz UV proporciona una inactivación rápida y eficiente de los microorganismos mediante un proceso físico; sin embargo, no debe pasarse por alto que, por naturaleza, las radiaciones UV son potencialmente dañinas para los seres humanos.
Para evitar problemas relacionados a este tema, existen lámparas que se instalan dentro de los sistemas de Aire Acondicionado y ductos, eliminando virus, bacterias y agentes contaminantes del aire, sin necesidad de que las personas se expongan a los rayos UV.
Estas razones, las convierten en una solución fácil y segura contra la contaminación del aire dentro de espacios de salud, centros de trabajo y hogares.
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